miércoles, 3 de julio de 2013

Las grandes doctrinas filosóficas

Podríamos decir que la diversidad de opciones que se han barajado  en  la construcción de las ciencias sociales se debe a  la variedad de hipótesis filosóficas  en las cuales se basan las concepciones del hombre y de la sociedad, referentes directos de esas ciencias. En sentido estricto, el contenido  mismo de las ciencias no comprende conceptos filosóficos  como tales, pero sus soportes básicos se relacionan, en última instancia ,con diversos supuestos ontológicos y gnoseológicos con respecto de la naturaleza de los objetos a los cuales se refieren y a las posibilidades y niveles del conocimiento que se puede lograr de ellos. Es decir que, en el lejano horizonte  de su formación, las ciencias sociales (y también las naturales) contienen diversas hipótesis, ontológicas y gnoseológicas que forman parte de antiguas escuelas filosóficas y de otras más reciente que se han derivado de ellas.


                                            El materialismo
El materialismo es la doctrina filosófica que sostiene, en términos ontológicos (de donde proviene, la naturaleza), que todo lo que existe es materia o depende de ella para su existencia. Los entes materiales son capaces de actuar como fuentes de estímulos sensoriales, independientes de cualquier estado de conciencia.
Los orígenes más remotos del materialismo se encuentran en Demócrito (460-370 a.C), para quien todas las cosas que se dan en el mundo están compuestas por elementos últimos – los átomos – que son individuales e indivisibles. Por lo tanto los hombres, los animales, las plantas, etc., están formadas por estas partículas que, es cada caso, se combinan de maneras diferentes, pero que al final se desintegran para formar nuevas estructuras. El pensamiento es una forma de sensación, y esta, a su vez, corresponde a cambios que se producen en átomos que componen el alma –que es corporal y moral- ocasionados por átomos que provienen de las cosas. Por eso toda forma de conocimiento se reduce al contacto de átomos.

En los tiempos modernos, con el avance de las ciencias naturales, el materialismo especulativo de las primeras épocas fue revisado, y en una nueva forma, la del materialismo científico, fue tomado como un principio explicativo de la estructura y formación de objetos más complejos, especialmente en la física y en la química.  En el siglo XX el materialismo en las ciencias sociales está representado por el materialismo dialéctico de Marx, según el cual el mundo material va progresando a nuevas formas, ya que todo proceso provoca como reacción uno de naturaleza contraria en una cadena continúa en la que una causa provoca un efecto, el cual, a su vez, actúa como causa de otros efectos, y así sucesivamente en una progresión en la que se producen transiciones de estados cuantitativos a estados cualitativos. Esta forma de progresión, que se observa en la naturaleza y en la sociedad, caracteriza, según el materialismo dialéctico, todo proceso evolutivo.


                         El realismo
Como sucede en otras de las grandes escuelas filosóficas, el realismo tiene diversas vertientes y expresiones particulares. El termino realismo metafísico fue utilizado por primera vez para designar la concepción según la cual las ideas generales- o, como se decía entonces, las universales- tienen existencia real, con independencia de ser pensadas o no. El termino realismo gnoseológico, por otro lado, designa la doctrina que sostiene la existencia de cosas fuera de la mente que se pueden conocer, las cuales originan nuestras percepciones, pero son independientes de ellas.
Para el realismo ingenuo el conocimiento es una reproducción exacta de los objetos externos. El realismo crítico, en cambio, reconoce el valor de la razón en el conocimiento. No podemos aceptar dogmáticamente, dice, los datos de los sentidos, pues debemos someterlos a examen por la razón para comprobar en qué medida  corresponden a la realidad.
El realismo toma actualmente la forma del realismo científico, que mantiene el reconocimiento de la existencia independiente de los objetos fuera de la conciencia para sostener que es la ciencia la que proporciona el mejor conocimiento de la realidad, por sobre el conocimiento del sentido común, el conocimiento religioso o el místico. De manera similar al realismo crítico, admite que tanto la experiencia como la razón se necesitan para conocer la realidad, junto con otras formas de realismo, el realismo científico se opone, directamente al idealismo. Sus representantes más destacados son Bertrand Russell. G . E. Moore y, en nuestros días, Mario Bunge. En las ciencias sociales, con diversas conexiones con el empirismo, el realismo se encuentra en la base filosófica de los sociólogos como Spencer, Durkheim, Lazarsfelld, etcétera.

Mario Bunge, sin abandonar su posición realista principal, acepta el materialismo en la fundamentación filosófica de las ciencias, según puede comprobarse en la siguiente cita: Todo ente material es confiable cuando menos en lo que se refiere a su posición respecto de otros entes materiales. Para decirlo en forma negativa, en ningún momento la ciencia ha afirmado la inmutabilidad de la materia.
Otra lección que podemos extraer de lo que precede es que, lejos de alejarse del materialismo, la ciencia se está tornando cada vez más materialista en forma explícita. Lo está haciendo no solo evitando el comercio con objetos inmateriales (fuerzas vitales, fantasmas, pensamientos descarnados, fuerzas históricas supramateriales, etc.), sino también, y de hecho especialmente, estudiando entes materiales. En efecto, la ciencia investiga cosas físicas tales como cuanta, campos y cuerpos, sistemas bioquímicos como los componentes de la célula, biosistemas tales como bacterias y hongos, y sistemas sociales tales como economías y culturas. De modo, pues, que la ciencia contemporánea puede caracterizarse como el estudio de las entes materiales por medio del método científico y con el fin de encontrar y sistematizar las leyes de tales objetos. En otras palabras, la investigación científica presupone una ontología materialista y también la enriquece. 





1 comentario:

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